En un lugar del mundo vive Matías un niño muy curioso al que le gustan
mucho las frutas y pasear por los bosques que rodean su casa. Una mañana en el
colegio, la maestra les pregunto a sus estudiantes:
- ¿Qué es la Sabiduría?
A lo que ningún niño pudo responder. A Mati, le inquietaba profundamente
el hecho de poder responder esa pregunta y estando en su casa a la hora de la
cena les hizo a sus padres la misma pregunta; entonces su padre respondió:
- Hijo, la sabiduría es el conocimiento adquirido a
través de la experiencia, la paciencia y el respeto para conducirse en la vida.
Su madre interrumpió con una sonrisa la charla de los dos, tomó la mano
de su esposo y le dijo:
- Cariño, recuerda que además de lo que tu padre te ha
dicho, también es necesario el carácter para obtener la sabiduría.
En ese preciso instante la madre de Mati le dio un
dije en forma de hombre. Cuando acabaron
de cenar Mati se fue a su cuarto con el dije que le había dado su madre, lo
puso sobre el escritorio donde siempre realiza sus tareas y se durmió.
Esa noche Mati soñaba que estaba en un campo extenso con un morral y con
un mapa que señalaba el tesoro llamado Sabiduría, de repente recordó las
palabras que había escuchado en la cena y vio que tenía tres dijes en sus
manos: Uno llamado Paciencia, el segundo era el Conocimiento, y el otro se
llamaba Respeto, sin embargo Mati no veía el dije del Carácter.
Mati sintió que un viento cálido pasaba por su frente, en ese
instante vio que el dije que su madre le había regalado en forma de humano, se
había convertido en alguien real, era un hombrecillo pequeño y robusto quien se
presentó ante Mati y le dijo:
- ¡Hola!, soy Carácter.
Mati se alegró al ver que todo lo que había escuchado de parte de
sus padres aparecía en el sueño, sentía gran emoción porque sabía que debía
cumplir la misión de encontrar el tesoro de la "sabiduría".
Emprendió su recorrido con bastante ánimo y expectativa; en realidad no
era fácil llegar a lo alto de la montaña ubicada en la cordillera del Himalaya, Mati tuvo que pasar muchas pruebas climáticas y uno que otro susto que se llevó por
el sonido de ardillas traviesas.
El Carácter fue un excelente compañero de viaje pues gracias a él, Mati logró levantarse cuando su ánimo decaía y vencía los miedos cuando así ocurría. Al llegar a una puerta que le impedía seguir ascendiendo a la cima observó que sobre la puerta colgaba una placa con el nombre "decisión" y lo más extraño es que no tenía cerradura. Mati se sintió confundido y se preguntó:
-¿Cómo puede haber una puerta sin cerradura? ¡Nunca podré entrar!.
Mati suspiró
e inclinó su mirada hacia el piso con expresión de aburrimiento.
El Carácter le dijo:
- Solo la decisión es la que te permitirá entrar.
Entonces Mati quitó de su corazón la duda y el temor, cambió su actitud,
convirtiéndola en una con fuerza, esperanza y convicción de que entraría. Mágicamente la puerta se abrió. Cuando esto sucedió, el lugar despedía
olores frutales y una calidez inimaginable, además un hermoso resplandor. Mati
entró con su compañero de viaje y al avanzar unos pasos aparecieron dos
criaturas de plata y oro, la de oro era una paloma que mirando a Mati le dijo:
- Tu corazón debe ser noble.
La criatura en forma de paloma cruzó el salón y apareció otra en forma
de serpiente, compuesta de plata y le dijo:
- Tu corazón debe ser prudente.
Mati estaba asombrado de las palabras que hacía que se sintiera sabio.
Cuando terminaron de hablar la paloma y la serpiente aparecieron dos libélulas que
estaban en lo alto de una gran roca que se alzaba en el lugar. Las libélulas lo llamaron y
le dijeron:
- Pueden subir.
El ambiente cambió a un tono de visos tornasol, y
cuando comenzaron
a avanzar hacia la escalera, fue ahí donde encontraron a una enorme figura
hecha de minerales preciosos y de hojas de los árboles. Esta figura era la "sabiduría". Por fin Mati la había visto. Cada vez que subían un escalón el
susurro que venía de ella se escuchaba más claro. A la mitad del camino la gran
figura habló con una voz suave y delicada como el aire en primavera diciendo:
- Mati.
Entonces, Mati continuó subiendo las escaleras y de repente el
resplandor del fuego que se veía expandir desde la figura fue mayor cuando llegó al último escalón. Entonces la "sabiduría" le dijo:
- Me encontraste Mati, ahora tu misión es que la nobleza y la prudencia las apliques en tu vida, así no solo habrás
conocido lo que es la sabiduría sino que también tú serás sabio, ¡Mati!.
Así después de este sueño Mati vivió muchos más años aplicando las buenas enseñanzas de su padre y su madre, eligiendo y actuando con nobleza y prudencia, y llegó a ser sabio.
FIN
1er Concurso de la Ilustración a la Palabra
Cuento Corto (Niños)
Bogotá - Colombia
-2013-
Cuento Corto (Niños)
Bogotá - Colombia
-2013-
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